El papel del electrocardiograma (ECG) para predecir el riesgo cardiovascular en la población general es muy discutible. Y esto es especialmente importante en la población con diabetes en que las alteraciones del EKG pueden ser pequeñas con respecto a la importancia de otros factores de riesgo cardiovascular como el aumento del colesterol, la tensión arterial o la propia hiperglucemia.
Hasta no hace mucho ,el EKG era una prueba obligada en la exploración habitual de las persona con diabetes y la recomendaciones de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) por las que nos regimos la mayoría de los diabetologos así lo hacían. Desde hace unos años esta prueba no figura entre las obligadas y esto es porque su capacidad de predecir un evento cardíaco como un infarto es muy bajo. El EKG refleja un infarto cuando está ocurriendo o ya ha ocurrido pero un EKG puede ser normal y unos segundos después la persona puede sufrir un infarto.
De cualquier forma esto no resta importancia al EKG como predictivo porque las poblaciones con alto riesgo cardiovascular pueden ser una excepción a esa idea . En ese contexto, la utilidad del ECG como herramienta para el pronóstico ha sido claramente demostrada en pacientes con hipertensión y en pacientes con hipertrofia ventricular. Se sabe también que la evaluación combinada del ECG con otro marcador de riesgo, como la microalbuminuria, permite mejorar el valor predictivo del primero en la población general.
El EKG también puede detectar otras anomalías cardíacas que se asocien o no con la diabetes.
Hasta no hace mucho ,el EKG era una prueba obligada en la exploración habitual de las persona con diabetes y la recomendaciones de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) por las que nos regimos la mayoría de los diabetologos así lo hacían. Desde hace unos años esta prueba no figura entre las obligadas y esto es porque su capacidad de predecir un evento cardíaco como un infarto es muy bajo. El EKG refleja un infarto cuando está ocurriendo o ya ha ocurrido pero un EKG puede ser normal y unos segundos después la persona puede sufrir un infarto.
De cualquier forma esto no resta importancia al EKG como predictivo porque las poblaciones con alto riesgo cardiovascular pueden ser una excepción a esa idea . En ese contexto, la utilidad del ECG como herramienta para el pronóstico ha sido claramente demostrada en pacientes con hipertensión y en pacientes con hipertrofia ventricular. Se sabe también que la evaluación combinada del ECG con otro marcador de riesgo, como la microalbuminuria, permite mejorar el valor predictivo del primero en la población general.
El EKG también puede detectar otras anomalías cardíacas que se asocien o no con la diabetes.