Las personas con diabetes son más susceptibles de padecer problemas en los pies y esto es debido a las complicaciones: daño en los nervios (neurópatía) y mala circulación (arteropatía periférica).
La neuropatía periférica causa una pérdida de sensaciones en los pies, lo que disminuye la capacidad para sentir dolor o lesiones. Por otro lado, una mala circulación disminuye la capacidad de curar una alteración de la piel facilitando, además, las infecciones que incapacitan más la curación.
Esto significa que una persona con diabetes tiene más probabilidad de hacerse heridas en el pie y no enterarse si tiene una neuropatía y que esa herida se convierta en ulcera, se infecte y agrave el problema si tiene una arteropatía periférica.
Prevenir los problemas es la mejor manera de evitar males mayores aprendiendo a cuidar de los pies y acudiendo a una especialista que los explore y les diga si hay alguna anomalía y qué hacer en este caso.
La falta de prevención ha sido la causa más importante de amputaciones en el pasado. Se calcula que cerca del 85% de las amputaciones son prevenibles mediante la educación y prevención temprana. Hoy en día, los cuidados de los pies y los avances en cirugía evitan muchas de ellas.
Los cirujanos intentan evitarlas pero, a veces, es necesario hacerlas y no siempre debe verse como un fracaso del tratamiento sino como un medio de rehabilitación más rápido y fiable. La cirugía puede ser la mejor manera de controlar una infección grave que podría necesitar una amputación más traumática en el futuro o que podría resultar fatal para el paciente.
La amputación no siempre implica la pérdida de todo el pie o toda la pierna. Las intervenciones quirúrgicas se realizan en diferentes niveles, incluyendo amputaciones parciales de dedos, amputaciones parciales de pie o por debajo de la rodilla.
La neuropatía periférica causa una pérdida de sensaciones en los pies, lo que disminuye la capacidad para sentir dolor o lesiones. Por otro lado, una mala circulación disminuye la capacidad de curar una alteración de la piel facilitando, además, las infecciones que incapacitan más la curación.
Esto significa que una persona con diabetes tiene más probabilidad de hacerse heridas en el pie y no enterarse si tiene una neuropatía y que esa herida se convierta en ulcera, se infecte y agrave el problema si tiene una arteropatía periférica.
Prevenir los problemas es la mejor manera de evitar males mayores aprendiendo a cuidar de los pies y acudiendo a una especialista que los explore y les diga si hay alguna anomalía y qué hacer en este caso.
La falta de prevención ha sido la causa más importante de amputaciones en el pasado. Se calcula que cerca del 85% de las amputaciones son prevenibles mediante la educación y prevención temprana. Hoy en día, los cuidados de los pies y los avances en cirugía evitan muchas de ellas.
Los cirujanos intentan evitarlas pero, a veces, es necesario hacerlas y no siempre debe verse como un fracaso del tratamiento sino como un medio de rehabilitación más rápido y fiable. La cirugía puede ser la mejor manera de controlar una infección grave que podría necesitar una amputación más traumática en el futuro o que podría resultar fatal para el paciente.
La amputación no siempre implica la pérdida de todo el pie o toda la pierna. Las intervenciones quirúrgicas se realizan en diferentes niveles, incluyendo amputaciones parciales de dedos, amputaciones parciales de pie o por debajo de la rodilla.