Las sulfonilureas favorecen la secreción de insulina del páncreas por eso no sirven para tratar a los jóvenes que no tienen insulina y por eso también son muy potentes y pueden provocar hipoglucemias.
Fueron evolucionando con el tiempo, las últimas generaciones son menos peligrosas si se manejan con cuidado, ejemplos conocidos son el Daonil, Euglucon, posteriormente Diamicron y últimamente la Glimepirida (Roname, Amaryl) es una sulfonilurea potente pero con menos riesgos.
En 1957 aparece en el mercado otro fármaco para el tratamiento de la diabetes del adulto, las biguanidas (Metformina) de la que ya hemos hablado en otro momento.
Había entonces dos familias de fármacos capaces de tratar desde dos puntos fundamentales, la diabetes del adulto, la resistencia a la insulina (mejorada por la metformina) y la liberación de insulina por el páncreas de las sulfonilureas.
Durante muchos años,las sulfonilureas y la metformina fueron los únicos fármacos para el tratamiento de la diabetes del adulto pero a partir de la década de los 80 empezaron a aparece nuevos fármacos que, actuando desde diferentes puntos en el origen de la diabetes 2, mejoran en mayor o menos grado su control.
Uno de ellos fueron los inhibidores de la alfa glucosidasa que disminuyen la entrada de la glucosa en el intestino y producen flatulencia en consecuencia (Miglitol es un ejemplo).Poco potentes, tuvieron poco éxito.