Las bombas de insulina permiten la administración de insulina mas fisiológica de que disponemos en la actualidad. Distribuyen la insulina basal a lo largo de las 24 horas del día de la forma que deseemos en tramos muy pequeños y con cantidades mínimas, además de administrar los bolus de rápida en las comidas de la forma mas apropiada a la comida que vamos a ingerir.
No hay edad para las bombas de insulina pero si hay alguna mas apropiada es en los niños.
Administrar la insulina basal de diferentes formas a lo largo del día, permite ajustarse a la vida y necesidades cambiantes de los más pequeños y evitar o disminuir al máximo las terribles hipoglucemias nocturnas que quitan el sueño de los padres.
La bomba permite administrar los bolus de la manera que se adapte mejor al niño. Con ellos es imprevisible saber si van a comer lo que pensamos y se puede administrar la insulina en pequeños bolus en función de lo que ,sobre la marcha, va ocurriendo.
Con una bomba podemos administrar cantidades de insulina de 0,025 U y podemos parar la infusión en caso de necesidad por hipoglucemia.
Unida a un sensor nos permite ajustar cada momento del día y sobre todo, si lo lleva permanente , como en la 640G , el sensor toma decisiones sobre la bombe en caso de que se prediga una hipoglucemia, retomando la infusión cuando el peligro pasa.
En ocasiones, es el tamaño de la bomba lo que echa para atrás en su uso pero se ha usado sin problemas en bebes menores de 1 año. También es difícil que otro niño pueda tocar la bomba y administrar lo que no se debe. La bomba debe siempre manejarla un adulto.
No hay edad para las bombas de insulina pero si hay alguna mas apropiada es en los niños.
Administrar la insulina basal de diferentes formas a lo largo del día, permite ajustarse a la vida y necesidades cambiantes de los más pequeños y evitar o disminuir al máximo las terribles hipoglucemias nocturnas que quitan el sueño de los padres.
La bomba permite administrar los bolus de la manera que se adapte mejor al niño. Con ellos es imprevisible saber si van a comer lo que pensamos y se puede administrar la insulina en pequeños bolus en función de lo que ,sobre la marcha, va ocurriendo.
Con una bomba podemos administrar cantidades de insulina de 0,025 U y podemos parar la infusión en caso de necesidad por hipoglucemia.
Unida a un sensor nos permite ajustar cada momento del día y sobre todo, si lo lleva permanente , como en la 640G , el sensor toma decisiones sobre la bombe en caso de que se prediga una hipoglucemia, retomando la infusión cuando el peligro pasa.
En ocasiones, es el tamaño de la bomba lo que echa para atrás en su uso pero se ha usado sin problemas en bebes menores de 1 año. También es difícil que otro niño pueda tocar la bomba y administrar lo que no se debe. La bomba debe siempre manejarla un adulto.